Me escribió un e-mail porque le llamaba la atención el Mundo del BDSM pero tenía mucho miedo de entrar en él. Me hizo miles de preguntas y todas se las contesté. A la mañana siguiente me llamó y me dijo que "deseaba una sesión conmigo aquella tarde". A la hora indicada llegó, muy nervioso, le tranquilicé y le introduje en la Sala. Hicimos una sesión inicial, mostrándole lo que a él más le llamaba la atención: Látigos, Cruz, cbt, pesos, pinzas, adoración a la Ama, facessitting... y por último dog training.
Al acabar la sesión sus nervios habían desaparecido, y me lo confirmó muy contento.
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